Así, empezábamos el rali con el número 27 en las puertas en el precioso tramo de Doroña, donde nos cogía a casi todos con ruedas de seco y con lluvia en algunas zonas con el consiguiente cambio de agarre y la complicación que ello supone. Además hacíamos un trompo en una zona estrecha y perdíamos bastante tiempo al tener que maniobrar.
El siguiente tramo era el de Monfero y aquí ya no había cambios de agarre, directamente no agarraba pues estaba totalmente encharcado y con las ruedas de seco era una auténtica pista de patinaje.
En la siguiente sección, ya con las ruedas de mojado fue bastante más tranquila, mejorando el tiempo de Monfero, aun con algún error, en 1 minuto y 41 segundos.
Después de probar la tortilla de Betanzos en el reagrupamiento del mediodía, se disputaban las especiales de Irixoa y Aranga. Esperábamos piso seco y así fue, disputando sin mayores problemas el tramo de Irixoa. Sin embargo la primera pasada de Aranga se nos complicó debido a que se abrió un cierre del capot y corríamos el riesgo de que se abriese el otro con la vibración y se viniera contra el cristal. Por eso en cuanto nos dimos cuenta, decidimos no apurar demasiado en las zonas rápidas para evitar que la fuerza del viento fuera capaz de vencerlo.
Aquí se ve cómo iban los cierres del capot |
Al finalizar este tramo conservábamos el segundo puesto en categoría 5 con 17 segundos sobre el tercer clasificado, solucionamos el tema del capot y volvimos a montar seco para la repetición de los tramos. Sin embargo en Irixoa llegando hacia final de tramo, al salir de un rasante, nos encontramos el piso totalmente mojado y noté muy poco agarre, por lo que aflojé el ritmo, seguramente demasiado, hasta meta, empeorando nuestro tiempo de la primera pasada en 16 segundos. Con lo que pasábamos al tercer puesto de la categoría 5, a 10 segundos del segundo.
El último tramo era complicado remontar ese tiempo y decidimos salir a buen ritmo pero sin arriesgar más de la cuenta, ya que lo único que había en juego era un puesto en una clasificación paralela del rali como es la de categoría 5 y ni siquiera un trofeo de recuerdo. En meta perdíamos otros 4 segundos y entrábamos pegados a Pablo Rey que sufría una avería y aflojaba el ritmo.
Finalmente y sin saber por qué el segundo clasificado no llegó al parque cerrado, aunque estuvimos hablando con él en la asistencia y nos reconoció que se había esforzado para ganarnos. Imaginamos que tuvo algún problema y por lo tanto heredamos de nuevo la segunda plaza de categoría 5 y 12ª de la general, estableciendo una clasificación combinada entre todos los participantes.
En resumen una carrera complicada pero muy divertida y con una compañía muy agradable, en la que cometimos fallos y también creemos que estuvimos algo limitados por la antigüedad de las ruedas de seco, ya que son del año 2009. Pero, en cualquier caso, muy satisfechos con el resultado final, en vista de las mecánicas y los pilotos que nos superaron.
Con ésto ponemos, seguramente, fin a la temporada 2018 y ya estamos pensando en la temporada que viene en la que nos planteamos renunciar a las pruebas autonómicas, en vista de su saturación y mala relación "calidad/precio" y busquemos otras carreras donde correr.
Gran compañía la de Gelo Sanchez y Pablo Rey para un rali |